jueves, 31 de enero de 2008

¿Dónde está Rocío? ... ¡Ahí está!

Rocío se levanta todos los días a las 10. Dos o tres veces por semana se las ingenia para amanecer abrazada a su madre, pateando la espalda de su padre. Se levanta sonriente y de buen humor. Rocío puede abrir la tapa de su enorme cajon de juguetes. A Rocío le encanta la televisión. Ella baila. Baila con la música de sus programas de tv favoritos, con la música que ponen en el supermercado, con la música de algún carro en la calle y con la música que ella misma pone al presionar los botones de su mariposa musical. Ella levanta los brazos con la canción del avión, cubre sus ojos con la del "cubre tus ojos y cuenta 10" y mueve los hombros con el "arroz con leche." Aplaude al terminar cada canción.

A Rocío le encantan las peras, toma cuatro mamaderas de súperleche al día, recibe sus alimentos con ánimo, por lo menos una vez al día hace popo y duerme dos horas de siesta todas las tardes. Después de la siesta, se prepara para salir. Rocío llega al parque aplaudiendo de felicidad y protestando si no la sacan del coche rápidamente, corre, juega con los otros niños al dame y te doy mi juguete del día, persigue a las palomas y quiere abrazar a los perros. Rocío hace pataletas si ya es hora de volver a casa y no había sido suficiente parque para ella. Cuando es así, vuelve a casa a los gritos y con lágrimas de protesta. También llora cuando se cae, cuando quiere algo que no le dan, cuando sus padres se preparan para salir y no la preparan a ella, y recientemente, pone cara de llanto y emite un quejido agudo cuando su nana se empieza a despedir por el día.

Rocío corre a los brazos de su padre repitiendo papá, papá, papá cuando su papá llega de trabajar. Balbucea algo con emoción señalando frenéticamente los objetos a su alrededor. Después de los besos y abrazos, vuelve a lado de su madre y exige atención. Rocío aplaude los goles de los programas de fútbol de su papá, avisa si se ha hecho popo, grita para asustarte, te enseña los dientes sonriente si metió algo en su boca que no debería haber metido, pide agua, disfruta su baño, se ríe a carcajadas, juega al ¿dónde está Rocío? cubriéndose la cara con algo, toma su mamadera y se va a dormir.

¿Describe esto a un bebé de un año y un mes normal y feliz? Yo diría que sí.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Emocionante relato....

Unknown dijo...

Buscando sobre alimentos alergénicos (mi bebe de 7 meses tiene alergia y todavia no descrubro a que!!!), me topé con tu blog. Dejame decirte que me sacaste lágrimas con la historia de la endoscopia a tu nena.
Mucha fuerza y sigan adelante!!!!

Patricia Carmelo dijo...

Karin,
Las emociones desgastadas que he vivido con esto han valido la pena si puedo hoy compartir todo lo aprendido e inspirar a seguir batallando con esto. Sí se puede.
HOy mi hija está libre de alergias. Más entradas pronto.